jueves, mayo 01, 2008

cantarito y marihuana en un día de campo


Soñé que habíamos ido a un día de campo. Había una casa grande y hermosos árboles. había harta gente joven y comenzó un partido de fútbol del cual yo solo miraba porque me había quedado fumando marihuana con una muchacha morena,pero que en la realidad no es morena। A ella la había conocido antes, pero no sabía que fumaba। Así que fumábamos abrazados, riéndonos y comentando la pichanga de los otros.

Después yo caminaba por el borde de la dispareja cancha que estaba entre árboles y algunos arbustos. Llegaba hasta el rió y desde el puente contemplaba como el agua quieta avanzaba despacio. De pronto me doy cuenta que no tengo mi billetera, miro hacia atrás y la veo a unos metros de mi. La voy a buscar pero cuando la recojo veo que esta tapada por tierra, pero eso no impide tomarla, limpiarla y guardarla.

El puente es un puente viejo, por ahí alguna vez pasó el tren, ahora queda solo el rastro de las líneas que están cubiertas por la maleza. Yo me siento cerca del rió, y veo como la pelota cae varias veces al río y rápidamente los chicos, mis compañeros la sacan sin problemas. De pronto me doy cuenta que me es difícil pararme porque estoy tan al orilla del rió, sentado en una especie de acantilado, que llamo a un amigo para que me ayude.

Termina el partido y nos vamos a la casa. Yo voy mirando un pequeño estero que cruza la pampa, de pronto encuentro algo como un cantarito de greda. Lo recojo y lo limpio, y claro, es un cantarito, pero es como una pipa. Deber ser de una cultura indígena, “se nota a la legua” digo yo. Más allá, en el mismo estero, encuentro una cortaplumas antigua también, pero no tanto como el cantarito. Esta cortaplumas debe ser del siglo 20, quizás del 19, el cantarito igual, pero el cantarito es indígena. Junto a la cortaplumas encuentro un estuche para lentes, y los lentes. Todo es antiguo, guardo todo, menos el cantarito que lo sigo limpiando. Se lo regalaré a la dueña de casa digo.

Llegamos a la casa y nos sentamos en el patio. Y entonces comenzamos a fumar más marihuana. Varios comienzan a encender cigarrillos y a hacerlos correr de mano en mano. Algunos no encienden muy bien, pero hay varios. Está comenzando a oscurecer y la decisión es volver a la ciudad.

Todos comienzan a subirse al furgón, pero yo digo que me quedaré. Que tengo que escribir un comunicado de prensa y lo haré en un notbook que tengo. Me preguntan, pero que computador, si no hay ninguno. Les recuerdo que tengo uno portátil que hace tiempo no uso, pero que está ahí. No hay problemas.

Yo tengo que escribir el comunicado, pero me quedo más que nada para seguir con la muchacha morena con la cual comencé este sueño. Lo del comunicado es verdad, pero también es excusa.
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Despierto, es primero de mayo de 2008, son las siete de la mañana. Es verdad tengo que escribir un comunicado, por eso me levanto temprano este día festivo. El comunicado ya lo tengo pensado, lo pensé entre sueño y sueño.

Me levanto, “el trabajo es trabajo y los sueños son sueños” digo y me voy a servir una taza de te.