domingo, septiembre 07, 2008

CEREZAS, SE ACABÓ LA GUERRA


Soñé que había dos árboles cargados de cerezas. Uno era un árbol que sus dueños dijeron que esperaban vender todos los frutos y que entonces no podíamos sacar cerezas. El otro árbol era de mi tía que dijo que todo aquel que le ayudara a cosechar podría comer todas las cerezas que quisiera. Era un gran árbol de cerezas corazón de paloma. Grandes y deliciosas cerezas. Llegó un montón de gente y los niños se encaramaban por las ramas más débiles para alcanzar los ganchos más extremos cargados con el delicioso fruto. Todos comimos. Era una atardecer de diciembre y la gente se encontraba alrededor del árbol donde todos tenían los mismos derechos de cantidades de cerezas y palabras.

Cuando terminamos nos fuimos viendo el árbol todavía lleno de cerezas. En ese momento alguien dijo, “a la señora ahí todavía le queda para hacer mermeladas, deliciosos kuchenes y más que algún brebaje”.

Luego, un niño con las manos, la boca y la cara manchadas de cereza dijo, “Escuche que se había terminado la guerra”, todos lo miramos y nos quedamos en un gran estado de silencio y paz.

Fue un sueño feliz, fue un día feliz.