miércoles, febrero 29, 2012

del 28 al 29 de Febrero de 2012 soñé tres sueños


En la noche del 28 al 29 de Febrero de 2012 soñé tres sueños. El primero que me acuerdo y parecer que es el primero que soñé, era que no sé de dónde, ni cómo, ni porqué -ni ninguna de las preguntas periodísticas que puedan hacer, preguntas Xonisticas también-, estaba con un gran trozo de lo que alguna vez fue un árbol. Estaba con un trozo de esos que llegan a los aserraderos para ser transformados en varios otros formatos ciudadanos de lo que alguna vez fue un árbol.

Pues en el sueño yo llegaba al aserradero con el trozo de árbol para que lo dividan. Ahí dijeron: lo podemos dividir solo a lo largo. Siempre a lo largo, pues a lo ancho  es tarea suya.………. El final fue un fracaso…. Por suerte, o terminó el sueño o me desperté….

El segundo sueño no me acuerdo. Quizás, el tercero es el que no me acuerdo.

Segundo….. Tercero…….?????

Pero lo voy a contar.

Estábamos con Alejandra, no sé porqué pues es un sueño, en un lugar que considerábamos protegido. Era como un círculo de edificios de departamentos que en su corazón tenía una plaza. Parece que las complicaciones comenzaron cuando, yo no puedo explicar, sentimos que teníamos que irnos de ese lugar.

Tampoco se por donde salimos, pero nos alegramos de estar afuera cuando vimos como una gran chimenea comenzaba a tener toda la presión del mundo. A largar sus bocanadas de vapor, humo blanco o contaminaciones innatas, y a demostrar una descontrolada presión a toda la estructura que mantenía esta chimenea, que no era ni más ni menos que todo el condominio de departamentos. Entonces comenzaban a caer edificios de 9 pisos del año santiaguino de 1967, más viejos edificios de seis pisos del arrabal de la chimba santiaguina, o del hotel ferroviario puertovarino de 1934.

La cosa es que todas estas estructuras que en el sueño se veían poderosas, caían. Caían como Torres Gemelas de Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001.

El otro sueño lo soñé…. Ya me acordare. YA me acordaré.  

miércoles, febrero 02, 2011

Sueño cinematográfico con música de Neil Young



Tuve un sueño maravilloso, con final feliz y todo, totalmente cinematográfico, era un Western. Terminaba con la siguiente imágen: del cielo llovían cabritas, o palomitas, o como le dicen ahora, Popkorn, mientras los niños campesinos las recogían encantados. Luego, como era un sueño fílmico, la pantalla onírica se fundía a negro con letras de despedida con una antigüa tipografía, que era un poema del "justo" que había huído y escribía un agradecimiento para quién creyó en él.

Los hechos ocurrían en el Far-West, esa era la estética cinematográfica. La historia era de alguién a quién culpan de algo que nó cometió. Entonces escapa de la hacienda y del pequeño poblado, porque sus acusadores inmediatamente le pusieron precio a su cabeza y desde diversos lugares comenzaba una interesada y masiva cacería humana.

Él se esconde entre el bosque, los matorrales y la pampa, mientras las balas pasan silbando sobre su cabeza. Hay miedo, desesperación, soledad y angustia. No se por qué razón, el buscado vuelve a la hacienda donde habían ocurrido los hechos primarios y un anciano que también preparaba su arma para la persecusión lo escucha, le cree y le ayuda.

Parece que el protagonista vuelve a la estancia a buscar a su mujer. El anciano lo oculta y lo ayuda a huir en medio de peligros que solo se ven en las películas que tienen buen director, buena musica, buena fotografía y un guión inteligente.

El sueño continúa en medio de toda la estética de pistoleros rurales. El anciano conversa con varios cazarecompensas. Charla con uno en especial y su preciosa mujer semidesnuda. Le regaña que no se merece tal hembra y que su codicia es infantil. Les anuncia la grandeza del perseguido y la pena de éste por no poder volver a su lugar de origen, por no poder ver a su gente y al territorio donde siempre ha vivido. Esta conversación ocurre mientas afuera, el perseguido solo puede acercarse a la hacienda por el aire, y es desde el aire donde deja caer las masiva lluvia de cabritas confitadas para los niños del lugar.

El sueño termina con las letras de despedida. Son las seis de la mañana del 2 de febrero de 2011 en Santiago de Chile y me despierto para retomar la natación.

miércoles, abril 28, 2010

FUTBOL, BARES Y DESESPERACIÓN



Soñe que andaba solitario por calles vacías justo antes de que comenzara el primer partido de Chile en el Mundial del 2010. Decido ingresar a un bar a mirar el encuentro y opto por uno antiguo, donde afuera habían varios vagabundos viendo el partido desde la puerta y adentro habían varios borrachos en un lugar semivacio. Me siento en la barra donde no veía totalmente bien, pero me encuentro seguro y pido una cerveza escudo de las grandes.

Chile jugaba espectacular, era una maquina de talento, técnica y confianza. ¡¡¡De pronto un goool chileno!!!!... y con otro se fueron al descanso. Nuestro equipo jugaba con camiseta blanca y todos en el bar se reían, estaban alegres y conformes. Yo pedí otra cerveza y comenzó el segundo tiempo. Pero, como esto es un sueño, el segundo tiempo yo ya no estaba en el bar, sino que en el mismo estadio mirando este espectacular encuentro.

Pero todo fue diferente, el juego de nuestro seleccionado ya era errático, sin clase, con mucho cansancio y sobre todo con total desesperación. El campo de juego tampoco era el del primer tiempo. Lo verde, parejo y bello de la cancha era un potrero, que en varios lugares se transformaba en un desertico e irregular tierral. Y entonces vino el primer gol de los rivales. Fue una acción en que la defensa chilena era débil, poca y desordenada, frente a un ataque coordinado, masivo y brutal. La pelota infló la red y llenó de angustia a todo el público que estaba a mi lado. Yo ahora ya tenía dos espectaculos, los dos tristes: lo que ocurría en la cancha y lo que sucedía en las graderías.


Y de pronto, enrredo total en el área chilena, empujones, pequeñas carreritas, peñiscones, palabrotas y gritos. Entonces tarjetas amarillas y rojas sacó el réferil. Además sucedió lo justo y terrible, cobró penal. En ese momento vi que por lo menos una persona, que estaba en la gradería más alta, en la galería del segundo o tercer piso del estadio se lanza al vació. Lo veo que va cayendo poco a poco a estrellarse y morir en el campo de juego.

En eso despierto, eran las 6:30 de la mañana y apago el despertador de mi teléfono movil.

Ñuñoa, 22 de abril de 2010.

lunes, abril 26, 2010

No es que no haya soñado…

Como siempre he soñado…, pero no he registrado.

En alguna parte del día a veces recuerdo historias completas y cerradas, con finales espléndidos y me asombro de lo bello de esos estados.

Otras, solo sueño fragmentos, o solo recuerdo esos fragmentos.

En esas ocasiones, lo que me obliga a escribir son escenas sin lógica racional ni vínculo entre el día a día, o la noche noche.

En otras ocasiones no quiero recordar nada de lo soñado, despierto angustiado y solitario y por lo menos toda la mañana ando con una ajuga punzante, mañosa e inexplicable en el corazón.

martes, marzo 02, 2010

TRICEVERSA

Organizar la solidaridad
Potenciar la Esperanza
Defender la vida
Proteger, ENTENDER la Naturaleza
Y TRICEVERSA

porque al parecer
todoesmassimple

lunes, agosto 17, 2009

VUELA PEÑI VUELA LAMGEN

collio catrileo lemun Marihuan huentecura necul cariqueo

vuelen hermanas
vuelen hermanos
a las raices de nuestra universalidad
vuelen, caminen y naden
lejos del abuso
desaparezcan de este mundo
y lleguen a nuestro territorio actual y ancestral
al equilibrio de las comunidades
porque ustedes con el amor histórico
y la humildad de la inteligencia
están dibujando otra vez
las fronteras del Gulumapu

vuela peñi
vuela lamgen

invítennos a su suspiro de vida amplia
llevennos a conocer el corazon del mundo
a los bosques de nuestras madres
al fin y al cabo seguimos siendo del bosque
"de las hojas, y del viento"
"y no nos podrán apartar"

somos parte de lo que no se conoce aún en este planeta
vuelen hermanos
vuelen hermanas
collio catrileo lemun Marihuan huentecura necul cariqueo

sábado, noviembre 22, 2008

PRED




He estado bajo, bien abajo. He caído a oscuros laberintos, creía conocerlos, pero al parecer los laberintos son cambiantes. Y en este proceso he estado más despierto que durmiendo. Pero me acuerdo de dos sueños.

El primero era un viaje que realizaba una mujer a una alejada isla a pasar el fin de año con su familia। Navegaba en un antiguo lanchón con capitán y marineros viejos, ya curtidos en las artes del mar। Y el sueño era una especie de video clip। El capitán contaba su historia a través de una poderosa canción, una balada rock, tipo Tom Waits o Nick Cave। La letra de la canción era brutal y sofisticada. El capitán decía que le dolía aún ser lo que fue: un PRED, un predator. Relataba como abusó de la vida, de las personas y de las mujeres, y describía el enorme vacío que tenía en el corazón.

Cruzar el canal la paloma y llegar ahí, a una islita donde pareciera que el mundo no gira, o gira lo menos posible। Es tan lejos y hay que embarcarse en varios transportes, coordinar innumerables combinaciones para lograr el objetivo. En el viaje, no se si la niña, o el capitán, o yo que miro desde lejos, piensa: “muchas veces uno es un PRED, mata, toma, come y se va. Voy arriba de este viejo lanchón que conoció tiempos mejores, pero ahora sirve solo para hacer este viaje casi vació y subsidiado. No se porque llegue a este punto en que tengo que viajar tanto para estar con los que quiero, y el viaje es tan solitario”.

En el otro sueño, yo iba a Italia a algún tipo de trabajo periodístico. Íbamos varias personas. Ya estábamos en el trámite del aeropuerto y luego de pasar por los registros rutinarios, bajábamos a la losa. De pronto veo que viene un amigo que ha pasado largas temporadas en la cárcel. Viene esposado y me dice, “Patricio justo te vi cuando venias bajando las escaleras”. Yo le doy la mano y nos saludamos, pero sus gendarmes aceleran la marcha. Alcanzo a preguntar, sin respuesta, a uno de ellos para dónde llevaban al prisionero.

Luego, como me había atrasado de nuestro grupo corro hacia el avión. Era un avión pequeño y viejo. E intento subir y abordarlo, pero la puerta era pequeñísima, pienso que esa era la puerta para la entrada de los niños y busco otra puerta. La encuentro e intento entrar, pero cuando la abro veo que es una entrada vertical y tiene escaleras de diferente tipo. No es fácil siquiera poner un pie en uno de los peldaños para bajar y lograr los asientos. Desisto y de pronto me veo abajo del avión en momentos en que está despegando. Entonces comienzo a correr y me lanzo a agarrarme de uno de los fierros que ese avión especial tenía en su cola. Logro asirme e inmediatamente pienso bueno, ahora más arriba y a ingresar por algún lugar, mientras la avión comienza a apartarse de la tierra. En un momento intento desistir y bajarme, pero no puedo, uno de mis dedos ha quedado amarrado de un cable de este aparato. No puedo bajar ni avanzar. Me arrimó con una mano y la otra, la que está amarrada, la llevo a mi boca y me empiezo a safar del cable, mientras veo que el lugar por donde puedo entrar al avión se cierra de apoco y tengo que apresurarme, apresurarme, apresurarme.

Desperté, fui a nadar, pensé en ella. Y me acorde de mi cuerpo, mi corazón, mi mente, mi espiritualidad y toda la gente cercana. Todo aún en búsqueda del equilibrio.